Muchos clientes nos preguntan si es buen momento para invertir en una instalación fotovoltaica para autoconsumo. Veamos primero los motivos que invitan a una respuesta afirmativa:
- España cuenta con unas condiciones de insolación anual formidables para la producción de energía fotovoltaica, ya que la mayor parte del país disfruta de más de 2.500 horas de luz solar al año.
- Además, en España disponemos de un gran número de profesionales cualificados, bregados en instalaciones fotovoltaicas realizadas antes de la crisis al amparo de una regulación que promovía la energía fotovoltaica con tarifas atractivas, con la idea de desarrollar la tecnología.
- En estos años, el avance de la tecnología, unido a la apuesta por la energía fotovoltaica de países como China o Alemania, ha permitido que sus costes se hayan reducido en más de un 70%, lo que la hace muy competitiva.
- El precio de la electricidad en España, incluyendo todos los costes añadidos, es uno de los más caros de Europa, según Eurostat. La alternativa de producir nuestra propia electricidad es, por tanto, más interesante.
- El acceso a la financiación es hoy más sencillo para la mayoría de empresas y, además, los tipos están en niveles mínimos, lo que permite acceder al dinero en unas condiciones ventajosas.
Desventajas para la fotovoltaica: Impuesto de autoconsumo
En el lado de las posibles desventajas, encontramos el marco regulatorio español para el autoconsumo fotovoltaico, recogido fundamentalmente en el RD 900 / 2015. Si bien no podemos calificar dicha regulación como “amigable con el autoconsumo fotovoltaico”, sí podemos matizar que no lo prohíbe. Algunas consideraciones:
- 1. Las instalaciones tipo 1 (autoconsumo sin venta de energía) hasta 10 kW de potencia están exentas del pago de cargos por potencia instalada y energía autoconsumida (el llamado “impuesto al sol”).
- 2. El resto de instalaciones tipo 1 (sin venta de energía, entre 10 y 100 kW) y tipo 2 (autoconsumo con venta de energía) sí deben pagar dichos cargos, aunque a día de hoy no se han implementado y, por tanto, no se están cobrando.
- 3. El impacto del impuesto al sol, caso de implementarse, reduce la rentabilidad de un proyecto de autoconsumo FV en aproximadamente un 15%. Esto es, retrasa en algo más de un año el periodo de retorno de la inversión. Siendo claramente un hándicap, estamos hablando de instalaciones diseñadas para durar más de 30 años.
Haciendo un símil, obviamente una instalación en Bélgica o Alemania es menos rentable por el número de horas de sol que en España, pero en estos países también se instalan plantas de energía fotovoltaica, ya que los beneficios a medio plazo siguen siendo interesantes a pesar de la menor radiación.
- 4. Los trámites para la legalización de instalaciones son excesivamente burocráticos y retrasan la ejecución de proyectos, si bien esto no ha impedido que en 2017 se hagan cientos de instalaciones de autoconsumo en España, hasta sumar más de 130 MW.
Desde nuestro punto de vista, la respuesta es clara: 2018 reúne las condiciones para invertir en autoconsumo fotovoltaico.
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