El tiempo requerido para cargar la batería sigue siendo, junto con la autonomía del vehículo, una de las principales preocupaciones de los usuarios de coches eléctricos. Según los datos extraídos de la plataforma con la que creara monitoriza los 38 puntos de carga instalados desde principios de año en empresas de nuestro país, la velocidad de carga de los coches eléctricos es a día de hoy limitada y cambia mucho de unos modelos a otros. La limitación de velocidad de carga aplicada por los fabricantes de los modelos eléctricos que más circulan en España, impide que el usuario pueda beneficiarse de una carga más rápida.
Se consideran cinco tipos de recarga según el tiempo que tardan en cargarse las baterías:
- Recarga super-lenta, la intensidad de corriente se limita a 10 A. La recarga completa de las baterías de un coche eléctrico medio, puede llevar entre diez y doce horas.
- Recarga lenta o recarga normal. Se realiza a 16 A y toma entre seis y ocho horas.
- Recarga semi-rápida. Se realiza a una potencia de unos 22 kW. La recarga puede llevar una hora o poco más.
- Recarga rápida, la potencia demandada se sitúa entre 44 y 50 kW. La recarga puede llevar media hora y se suele hacer una recarga en torno al 80% o 90%.
- Recarga ultra-rápida, es aún experimental, en vehículos eléctricos con supercondensadores. Donde la potencia de recarga es muy elevada pero lleva tan solo cinco a diez minutos en cargarse.
Son varios los factores que influyen en la velocidad de recarga de la batería de un coche eléctrico:
1. La capacidad de la batería. Cuanto mayor sea, más tiempo se precisará para la recarga.
2. El tipo de cargador que se utilice para la recarga. Los más comunes son J1772, con los que se realizan cargan monofásicas y IEC 62196-2, que permite cargas tanto monofásicas como trifásicas. Además, hay que tener en cuenta la intensidad máxima de carga que permite cada tipo de punto de carga. Esto último dependerá del tipo de instalación eléctrica realizada.
3. La potencia de carga. Los puntos de carga trifásicos permiten una velocidad de carga mayor, pudiendo llegar hasta 22 kW de potencia, mientras en puntos monofásisos se puede llegar a carga a 7,4 kW de potencia. Antes de elegir una opción trifásica o monofásica, es recomendable analizar el tipo de vehículo.
4. La configuración del coche, ya que además de la tipología de los puntos de carga, el propio vehículo limita la velocidad máxima de carga.
La opción de cargar en trifásico es capaz de rendir con potencias más altas. Sin embargo, para garantizar la seguridad de la alimentación y del estado las baterías, los fabricantes de coches eléctricos limitan la velocidad de carga. En el parque automovilístico español existe mayor penetración de los coches con tipo de carga monofásica. A día de hoy, existen aún pocos modelos de coche eléctrico (Renault ZOE, Tesla y Smart con la opción correspondiente) que permiten la carga en tres fases.
Los datos de carga extraídos de la plataforma de creara corroboran esta realidad. Tal y como podemos ver en estos ejemplos, los usuarios recurren principalmente a cargas en monofásico aunque las instalaciones de recarga sean trifásicas:
- Carga máxima registrada para un Peugeot ION en una instalación de de 16A (3,6kW): 3,05 kW
- Carga máxima registrada para un BMW i3 en una instalación 32A (7,4 kW): 3,44 kW
- Carga máxima registrada para un Nissan Leaf en una instalación 32A (7,4 kW): 6,53 kW
- Carga máxima registrada para un Smart en una instalación 32A (7,4 kW): 4,6 kW
- Carga máxima registrada para un BMW Serie 3 híbrido enchufable en una instalación 32A (7,4 kW): 3,48 kW
La velocidad de carga de los coches eléctricos es aún hoy limitada, aunque están mejorando a buen ritmo. Todo apunta a que el futuro de la carga del coche eléctrico será en trifásica.