Tradicionalmente la industria española ha estado muy concienciada acerca del potencial de ahorro de energía que tenía en sus instalaciones. La grandes industrias del cemento, del automóvil, metalúrgicas, papeleras o industrias del vidrio, se encuentran entre las empresas más eficientes del mundo.
Sin embargo, en la industria española el foco se ha puesto habitualmente en las llamadas tecnologías de proceso, es decir, las tecnologías sobre las que se desarrolla el proceso productivo en si. Esto se debe a que son las responsables de la mayor parte del consumo energético en la industria. Esta realidad ha hecho que las llamadas tecnologías horizontales o también tecnologías de servicio, hayan estado más descuidadas a la hora de implementar sobre ellas medidas de ahorro de energía y eficiencia energética.
Este tipo de procesos comprenden las tecnologías de producción de aire comprimido, los motores y elementos electromagnéticos, la generación de frío, la iluminación o la generación de vapor para procesos auxiliares. En este tipo de casos, desde Creara, es habitual encontrar bajos ahorros absolutos –son tecnologías que consumen poco respecto al total- pero muy altos ahorros relativos –han estado muy descuidadas porque sus consumos eran residuales-.
En motores, la medida estrella siempre ha sido la implantación de variadores de velocidad. Se trata de una medida muy extendida y que con programaciones de los equipos trabajando en paralelo, pueden generar interesantes ahorros. La parte negativa de la misma es la generación de armónicos en la red, siendo necesaria que venga acompañada de la instalación de filtros de armónicos.
La generación de aire comprimido también suele estar sujeta a medidas de ahorro interesantes. Desde la instalación de compresores modulantes. El concepto es idéntico al de los variadores de velocidad de los motores, consistente en que la máquina no funcione en un modo “todo o nada”, sino que se pueda modular en función de las necesidades.
Las medidas de ahorro además llevan asociadas la gestión de la red de aire, empleando equipos que adapten la presión de red a la presión que necesiten los equipos. No es raro encontrar una red a 7 bares -7 kg/cm2– alimentando un número elevado de equipos que trabajan a 4 bares de presión y sólo unos pocos que trabajan a 7 bares. De igual forma, controlar el uso correcto de la red de aire comprimido, así como gestionar las posibles fugas, es una excelente medida de ahorro y gestión energética.
La iluminación también ha sido un área generalmente marginada en el ámbito industrial. Sin embargo, en determinadas industrias con 24/7 de producción la tecnología LED es una excelente solución en los que Creara está desarrollando proyectos exitosos bajo modalidad ESCO.
Por último, y con ánimo de que el artículo sea una muy breve revisión, la generación de calor y de vapor es otra de las áreas de tecnologías horizontales que está sujeta a ahorros interesantes. Optimizar la carga de la misma, mejorar aislamientos y calorifugar los elementos de la instalación son medidas muy extendidas con excelentes resultados.
De igual modo es necesario controlar de manera periódica los parámetros de combustión de quemadores, así como el control del factor lamda de determinadas calderas. Aprovechar el calor residual de estos sistemas así como de otros nombrados anteriormente en ocasiones resulta en proyectos con periodos de retorno muy atractivos.