Dentro del Programa «Base de Indicadores de Eficiencia Energética» (BIEE) la Comisión Nacional para el Uso Eficiente de la Energía (CONUEE) de México ha preparado el «Informe Nacional de Monitoreo de la Eficiencia Energética en México» donde se ha podido evaluar la evolución de la eficiencia energética en este país en los últimos 25 años.
El establecimiento de los indicadores propuestos en este programa BIEE resulta muy útil para evaluar y hacer un seguimiento del funcionamiento de los programas y políticas de eficiencia energética en el país. Además, este informe ha permitido analizar la tendencia del consumo energético y las medidas de eficiencia energética implementadas a nivel nacional en cada uno de los sectores: energético, industrial, transporte, comercial-servicios, residencial y agropecuario.
Situación del consumo de energía y la eficiencia energética en México
Alto consumo de energía
El consumo energético en México ha crecido un 74.1% en el periodo que va desde 1990 a 2015. Siendo, además, esta energía procedente en un 85% de los combustibles fósiles (petróleo, gas natural y sus respectivos derivados).
Si bien es cierto que se produjo cierta mejora a finales de la década de los 90, originada por un proceso con el que se pretendían sustituir los derivados del petróleo por gas natural, parece que hubo un retroceso en cuanto a las fuentes renovables, bajando las cifras de consumo energético nacional basado en renovables del 11,3% en 1990 a 7,6% en 2015.
Durante ese periodo, el sector transporte también registró una mayor demanda de energía, representando un 43,6% del consumo energético final, seguidos del sector industrial con un 32,2%.
Mejora en la intensidad y eficiencia energética
El uso de tecnologías a base carbón y petróleo para generar electricidad, el gas natural inyectado a los pozos petroleros así como las pérdidas de transmisión y distribución de electricidad, hicieron crecer la intensidad energética primaria* durante gran parte del período. Sin embargo, desde 2013 esta tendencia cambió y se produjo una reducción en 10,1%.
Esta reducción de la intensidad energética primaria se pudo dar por diferentes factores:
- tercerización de la economía
- cambios estructurales
- sustitución de combustibles
- medidas de eficiencia energética en el sector industrial
Asimismo, la intensidad de consumo final disminuyó a una tasa promedio anual de 1%. Y, pese a ser el segundo sector con mayor demanda energética, la industria mexicana ha sido uno de los rubros que más ha notado reducciones en la intensidad energética, con un 15,6 %, derivados fundamentalmente en los cambios estructurales de sus procesos productivos, que fueron necesarios para mantener la competitividad de su economía en el mercado internacional. Asimismo el sector residencial redujo en un 45,9% su intensidad energética, reflejo de las políticas públicas de eficiencia energética como las Normas Oficiales Mexicanas de eficiencia energética.
Por otro lado, la eficiencia energética en el consumo final de la energía se vio incrementada por un mayor empleo de la electricidad respecto al uso de los combustibles fósiles.
El análisis de los indicadores de este informe demuestra que la eficiencia energética ha evolucionado de diferente modo en todos los sectores que integran el consumo nacional de energía.
Puedes ver aquí el documento completo.
Indicadores de Eficiencia Energética
El programa regional “Base de Indicadores de Eficiencia Energética” (BIEE), liderado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) desde 2011, con la colaboración de la Agencia Alemana de Cooperación al Desarrollo (GIZ), tiene como objetivo desarrollar indicadores que evalúen las políticas y programas de eficiencia energética implementados en los países participantes. Esos resultados son posteriormente analizados y comparados, replicando el funcionamiento del Programa ODYSSEE de la Comisión Europea.
* La intensidad energética primaria mide cuánta energía se requiere para generar una unidad de PIB.