En un contexto tan competitivo a nivel empresarial como el actual, en el que no solo se pretende cumplir con la normativa aplicable sino también mostrar el compromiso adquirido con la mitigación del cambio climático, surgen los Planes de Objetivos Estratégicos de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Estos planes permitirán a la compañía establecer unos objetivos globales de reducción de consumo energético, y por tanto de emisiones de gases de efecto invernadero, que ayudarán a definir cuáles son las líneas de actuación y de inversión que deberán seguirse desde la compañía, en relación a estos dos ámbitos.
La empresas más responsables están comenzando a definir planes de reducción con objetivos “con base científica”, es decir objetivos de reducción alineados con el nivel de descarbonización necesario para limitar el aumento de la temperatura global por debajo de 1.5 ºC o muy por debajo de 2 ºC en comparación con las temperaturas preindustriales, según se describe en el Quinto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC AR5).