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La gestión energética, a través de un sistema de monitorización, nos permite optimizar los procesos que impliquen consumos energéticos en nuestras instalaciones. Un sistema de monitorización permite llevar a cabo varias tareas de gestión energética que desglosamos en este post.

Acciones de la gestión energética facilitadas por un sistema de monitorización

Las principales tareas de gestión energética que implica hacer uso de un sistema de monitorización son las siguientes:
1. Identificar nuestros usos y consumos energéticos, así como las variables que tienen un impacto significativo sobre el desempeño energético de nuestras instalaciones.
2. Definir unas alarmas, que nos permita conocer cuando un dato se desvía de nuestros límites como, por ejemplo, cuando existe un exceso de potencia o una penalización económica por reactiva.
3. Analizar los consumos energéticos, de manera que estos análisis nos permitan buscar mejoras de eficiencia energética en nuestros procesos.
4. Definir líneas de base de la energía, que nos permitan determinar la mejora del desempeño energético de nuestras instalaciones a través de un consumo esperado de referencia.
5. Identificar oportunidades de ahorro energético, para su posterior seguimiento y análisis en el sistema cuando se implantan medidas de ahorro energético.
6. Evaluar la eficiencia energética, a través del análisis de las desviaciones entre el consumo real y esperado y de los rendimientos de los KPIs (Key Performance Indicator).
7. Realizar un seguimiento periódico de los consumos reales y esperados, los KPIs, las alarmas y los ahorros energéticos conseguidos tras la implantación de medidas de ahorro energético.

Como podemos observar, las tareas de la gestión energética a través de un sistema de monitorización no sólo se limitan a obtener el dato y representarlo gráficamente. Para mejorar el comportamiento energético de nuestras instalaciones debemos profundizar más en la gestión de la energía de las mismas.

Importancia del gestor energético

Para llevar a cabo dichas tareas, debe haber una persona responsable del control y seguimiento de dichos procesos. Esta labor queda en manos del gestor energético.

La figura del gestor energético nace de la premisa de que, para poder ahorrar energía, hay que comenzar por identificar: qué consumimos, cómo consumimos, cuánto consumimos, dónde consumimos, quiénes son los principales consumidores…No obstante, no sólo sirve con conocer el dato.

Para gestionar la energía, un sistema de monitorización es una herramienta muy útil, ya que nos facilita el análisis de todas estas tareas. Mediante un sistema de monitorización, el gestor energético dispone de la demanda energética de sus suministros y de los parámetros energéticos establecidos en todo momento.


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