Hace años que los LED han llegado a los catálogos de iluminación y también a nuestros hogares, calles y centros de trabajo. Todos sabemos ya que las lámparas LED son muy eficientes y, por tanto, sustituyendo nuestra iluminación podemos conseguir un ahorro energético y económico interesante. Pero las lámparas LED tienen otras ventajas menos conocidas, así como algunos inconvenientes, que también es importante tener en cuenta.
Principales ventajas de la iluminación LED (aparte del ahorro energético y la eficiencia):
- Reducción de potencia
El ahorro de los LED se debe a su alta eficiencia y a que la luz que dan es dirigida, lo que se traduce en lámparas de menor potencia. Esta reducción de potencia la podemos convertir en ahorro económico reduciendo la potencia contratada en nuestro contrato eléctrico. El coste del kW es muy variable en función de la tarifa y la hora del día. Para un pequeño edificio de oficinas el coste medio anual ronda los 30 € / kW
- Vida útil
La vida útil de las lámparas LED es considerablemente superior a la de las tecnologías tradicionales (incandescentes, halógenas, o fluorescentes). A día de hoy podemos hablar de unas 40.000 horas de funcionamiento, lo que conlleva un ahorro muy interesante en el coste de mantenimiento y reposición, especialmente en luminarias a gran altura o de difícil acceso.
- Regulación
La mayor ventaja del LED respecto a las lámparas de descarga no es la eficiencia (muy parecida en Lumen por W) sino las posibilidades de regulación. Los LED permiten encendidos y apagados constantes, así como regulación de la potencia y flujo lumínico, sin que las lámparas sufran como ocurre con los fluorescentes, o el encendido lleve varios minutos, como ocurre con las lámparas de descarga. Esto permite a los LED una regulación en función de presencia, luz natural o incluso tráfico que aumenta considerablemente el ahorro energético y económico.
- Calidad de la iluminación (alumbrado exterior)
Esta ventaja se da especialmente en el alumbrado exterior, donde las lámparas convencionales (vapor de mercurio o vapor de sodio) tienen calidades muy bajas (IRC en torno a 50), mientras que en los LED este índice puede alcanzar valores entre 70 y 80. Un mayor IRC (mayor calidad de la luz) se traduce en mejor capacidad de nuestro ojo de distinguir los colores.
En el interior todas las fuentes utilizadas: incandescencia, fluorescencia, LED deben tener valores de IRC superiores a 80.
Inconvenientes de los LED
- Temperatura
En el diseño de las luminarias LED, el aspecto más importante es la evacuación de calor. Las lámparas LED apenas irradian calor (de ahí que sean tan eficientes) por lo que deben evacuar el calor mediante convección con el aire, ya que, si la temperatura del LED aumenta, las prestaciones de éste (eficiencia, vida útil) se reducen.
Este problema se agrava especialmente cuando se sustituye una lámpara convencional por una de tipo LED pero se mantiene la luminaria para reducir costes (retrofit). Estas luminarias “convencionales” no están preparadas para las lámparas LED y la evacuación de calor que éstas requieren, con lo que la tª aumentará y las prestaciones del LED se verán reducidas.
- Armónicos
Los LED funcionan en corriente continua por lo que necesitamos una fuente de alimentación (transformador o rectificador) que nos convierta la corriente alterna en corriente continua a la tensión necesaria. Estos rectificadores son muy comunes en los edificios (se necesitan en televisores, ordenadores o teléfonos móviles) y provocan la aparición de armónicos (interferencias en las ondas de tensión y corriente) que pueden afectar al sistema eléctrico. Algunos de los problemas que pueden provocar los armónicos son:
- Sobrecalentamientos en los conductores.
- Disparos intempestivos de interruptores automáticos y diferenciales.
- Disminución del factor de potencia de una instalación y envejecimiento de las baterías de condensadores.
De acuerdo a la normativa, las fuentes de alimentación de los LED deben incorporar elementos electrónicos que limiten la aparición de armónicos.